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No hay protocolos científicos que avalen el uso directo de UV en personas: International Ultraviolet Association

By mayo 18, 2020 No Comments

Ante las noticias que aseguran que la luz ultravioleta se puede emplear en humanos contra el coronavirus, dos importantes instituciones se pronuncian en contra

“No existen protocolos para aconsejar o permitir el uso seguro de la luz ultravioleta (UV) directamente sobre el cuerpo humano en las longitudes de onda y las exposiciones comprobadas para matar eficazmente virus como el SARS-CoV-2”.

Así se informa en comunicado por parte de la International Ultraviolet Association (IUVA) y RadTech North America, organizaciones enfocadas a la investigación y desarrollo de las tecnologías UV y que están conformadas por entidades educativas, científicos, ingenieros, consultores y miembros de instituciones

Se sabe que que la luz ultravioleta en las condiciones que mata virus puede causar quemaduras graves y cáncer en la piel, así como daño ocular en las personas.

Por otra parte, el comunicado hace mención que hay información sobre «Far UV-C» (a longitudes de onda de 200 a 225 nm) que puede desinfectar virus sin dañar la piel y los ojos, pero tampoco existen protocolos para garantizar que se aplique de manera efectiva y segura.

Recomendamos encarecidamente que cualquier persona que use luz UV para desinfectar equipos médicos, superficies o aire en el contexto de COVID-19, aplicaciones respaldadas por evidencia científica sólida, siga todas las precauciones de salud y seguridad recomendadas y para evitar la exposición directa del cuerpo a La luz ultravioleta.

Información adicional sobre tecnología UV para desinfección

El espectro ultravioleta es una banda de radiación electromagnética a energías más altas que la luz visible, dividida en cuatro categorías principales: UV-A (400 – 315 nm), UV-B (315 – 280 nm), UV-C (280 – 200 nm ), y vacío UV (VUV, 100-200 nm).

UV-A y UV-B están presentes en la luz solar en la superficie de la tierra y son causantes de quemaduras solares y, con exposición a largo plazo, melanoma (tipo de cáncer en la piel). Si bien, los rayos UV solares pueden usarse para desinfectar superficies y agua, las fuentes artificiales de UV-A y UV-B no se usan comúnmente para la desinfección.

UV-C se ha utilizado para la desinfección durante más de un siglo, con aplicaciones en tratamiento de agua, sistemas de aire y superficies. Su uso como desinfectante está respaldado por investigación científica desde hace décadas.

La radiación UV-C es absorbida por el ADN y el ARN (el código genético para todas las formas de vida) cambiando su estructura. Este daño inhibe la capacidad de reproducción de las células afectadas, lo que significa que no pueden infectar y ya no son peligrosas. Mientras que la exposición a los rayos UV requerida para inactivar diferentes microorganismos varía, se usa regularmente contra bacterias, virus y protozoos; no hay microorganismos conocidos que sean inmunes a este tratamiento.

De la misma manera que el UV-C puede inactivar bacterias y virus, también puede ser dañino para las células humanas, ya que nuestras células también contienen ADN. Esta exposición puede causar irritación de la piel, daño a la córnea y mutaciones celulares que conducen al cáncer. La exposición a la radiación UV-C está regulada a nivel mundial, con un acuerdo común sobre el riesgo para la salud humana y los niveles de exposición seguros. Estas regulaciones y estándares establecen límites a la exposición diaria permitida.

De manera que IUVA y RadTech North America sugieren que siempre que sea posible debe evitarse la irradiación UV-C de la piel, los ojos o cualquier parte del cuerpo.

Asimismo, siempre debe usarse equipo apropiado de protección personal cuando se manejen fuentes sin blindaje de radiación UV-C, por ejemplo, ropa de manga larga, guantes y un protector facial opaco a los rayos UV.

 

Los dispositivos UV-C siempre deben utilizarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante para garantizar un funcionamiento seguro y dentro de recintos apropiados donde se haya controlado la fuga de luz y donde los riesgos se hayan gestionado adecuadamente.

El caso de la luz Far UV-C (200 – 225 nm) es especial. Si bien la evidencia en el laboratorio sugiere que puede ser seguro bajo ciertas condiciones, basándose principalmente en estudios en animales y no en estudios longitudinales en humanos, hay una falta de protocolos para gobernar la construcción y operación segura de tales dispositivos.

FUENTE REVISTA ILUMINET

Ultraviolet Association

RadTech North America

http://www.iuva.org/Projects-Articles-Repository/8926263

 

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